Tiempo en potencia. "El momento justo"

viernes, 28 de mayo de 2010

Dios: Misterio Inefable






    "El misterio de Dios nos desborda absolutamente y al mismo tiempo condiciona todo el significado humano y cristiano de nuestra vida. Dios nos ha dado la capacidad de intuir su existencia y su presencia envolvente."


    El problema está cuando por querer abarcar a Dios, nos hacemos falsas imágenes de Él, o cuando nos lo imaginamos a nuestra semejanza (como un señor de larga barba que anduviera flotando por no se sabe qué lugar de la estratosfera). No se puede hacer de Dios una caricatura.


    Cuando dentro de la fe cristiana se habla de Dios, hay que hacerlo necesariamente como Dios Padre. El Padre Dios por excelencia, en el sentido de predilección que por el término "Padre" tiene el Nuevo Testamento, tanto en los Sinópticos, como en Juan y en los escritos paulinos.


    El misterio de Dios se hace aún más inabarcable, si es lícito hablar así, pero al mismo tiempo más inefable cuando Cristo nos descubre que Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo.

    · Padre de Nuestro Señor Jesucristo: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo” (2 Cor 1, 3; Ef 1, 3).




    · Dios nuestro Padre".

    Y este Padre es:
    · “Un solo Dios, el Padre” (1 Cor 8, 6).
    · Señor de cielo y tierra
    · Todopoderoso
    · Misericordioso
    · Omnipotente...

    Términos acuñados ya en el Antiguo Testamento: sobre todo en los Salmos; en Isaías; Oseas, etc.

    Y en el Nuevo Testamento: Cristo nos presenta a Dios como Padre misericordioso (baste recordar la parábola del padre misericordioso, en el hijo pródigo, y tantos pasajes como: "Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó" (Ef 2, 4); "Padre misericordioso y Dios de toda consolación" (2 Cor 1, 3); “Jesús revela el rostro de Dios Padre 'compasivo y misericordioso'” (Sant 5, 11)...

     Para terminar: La “experiencia de Dios” para por el “Sentido” o “fundamento” de nuestra vida. Dios es la “consistencia” y “seguridad” de nuestra vida.

    Dios, que se ha revelado constantemente en la Historia, sigue manifestándose en nuestra historia personal. Dios es quien conduce la historia. Porque Dios no es un Dios ausente, sino presente en la Historia humana.

2 comentarios: